Funcionamiento de los relojes mecánicos

Funcionamiento de los relojes mecánicos

Funcionamiento de los relojes mecánicos

Todos los componentes de un reloj mecánico funcionan sincrónicamente para crear el flujo de movimiento, que en última instancia, ayuda al reloj a medir el tiempo, de forma que puedas registrar con precisión todos los momentos especiales.


Cuerda manual

Los relojes mecánicos de cuerda manual, ideales para usarlos todos los días o en acontecimientos especiales, empiezan a funcionar inmediatamente tras darles cuerda, y se consigue un funcionamiento óptimo si se les da cuerda a la misma hora todos los días.

Los relojes mecánicos de cuerda manual presentan tres componentes fundamentales que determinan el movimiento. El primero, el muelle, es el responsable de la energía, y se le da cuerda girando la corona lenta y cuidadosamente. La energía procedente de darle cuerda se almacena en el barrilete y se transfiere al segundo componente, los engranajes, que la transmiten a su vez para mover las agujas. Esa misma energía se convierte posteriormente de movimiento rotativo en alternativo mediante el escape, que es el mecanismo responsable de transmitir la energía. Al mismo tiempo, la energía se aplica al tercer componente, el volante, para continuar el movimiento alternativo. El volante oscila de un lado a otro para mantener la precisión. La exactitud temporal se mantiene mediante el espiral, que regula la precisión de marcha del reloj. Las agujas están conectadas al rodaje para indicar la hora del día.


 

Cuerda automática

Los relojes mecánicos de cuerda automática, también conocidos simplemente como “relojes automáticos”, son ideales para usuarios muy ocupados que lo van a llevar puesto todos los días y que no quieren tener que preocuparse por darle cuerda. El reloj continúa moviéndose siempre que permanezca en el brazo del portador. Se deben llevar puestos durante al menos ocho horas seguidas para proporcionar la medición del tiempo más exacta y presentan una autonomía de hasta 40 horas sin llevarlos puestos.

Los relojes automáticos presentan tres componentes fundamentales que determinan el movimiento. El primero es una pieza semicircular llamada “rotor”, sujeto mediante un rodamiento de bolas que gira para dar cuerda al muelle por medio del movimiento de la muñeca del portador. El segundo componente es la leva, que utiliza la gravedad para girar sobre un pivote y hace que el rotor gire. A su vez, la fuerza del movimiento del rotor se transfiere al tercer componente, el rochete, que es un mecanismo de cuerda conectado al resto de los componentes. El rochete también hace que el reloj automático sea más voluminoso que un reloj de cuerda manual, ya que se le considera un mecanismo adicional.

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